Discurso profesor Juan Ayala, del Departamento
de Estudios Humanísticos de la Universidad
Técnica Federico Santa María
Inauguración exposición “10 megapinceles”
Antesala de Viña de Mar. Junio 2006
Contradecir: La Manifestación de lo Bello
¿Nos deja Lobsang ante la manifestación
de lo bello?
¿Qué es la manifestación de lo bello?
10 cuadros, ¿cuadros?, de gran formato,
un promedio de 100 x 80 centímetros.
Ilustraciones
Fuerza retenida
Ironía no sarcasmo
Dolor no llanto
¿Calidez?, sí.
¿Candidez?, no, sino goce sensual desde
un proyecto entre visto.
Nos aparece el arquitecto, nos aparece la
metodología prevista, enunciada,
el “(pre – ver) - (entre – visto)”,
por lo tanto el diseño, esto es el diseño,
el “(pre – ver) - (entre – visto)”.
Enunciado no anunciado.
En la enunciación se manifiesta el anuncio,
la llamada de Lobsang Durney a mirar, …,
¿su manifestación de lo bello?.
¿Quién podrá olvidar la obra “Afuera la
razón”?, ¡los símbolos patrios!. Es de uso
en heráldica que la función de tenantes
que cumplen el cóndor y el huemul sea que,
su ser tenantes deba y debe ser “políticamente
correcto”. Deben serlo en la paz. Sí en
la paz, curiosamente esto deben ser en el
escudo de armas de la nación chilena. Contradicción
esta, común a todos los escudos de armas
de los países que se sustentan en el concepto
del estado nación. “Afuera la razón” es
su manifestación de lo bello, enunciada
no anunciada.
O “Parafito”: ¡cuánta evocación setentera,
para algunos, o cuánta sorpresa e ironía
para otros!. O “1/4 de pollo”, en principio,
repito en principio connotando ternura,
sí como una ilustración de Coré, aquel de
la revista, El Peneca y del Silabario Hispanoamericano.
O “Patíbulo”: ¡cuanto chileno patíbulo!,
y ¡cuanto chileno al patíbulo!. O ”Cerdo
Alegre” y la cuestión de la toponimia.
Lobsang me dijo: ¡Me carga el sobrediscurso
sobre la imagen!. ¡Uf!, digo yo, nos toca
hacer de pontífices, es la dificultad de
llevar el lenguaje de las imágenes al lenguaje
de las palabras. Y tu obra Lobsang nos habla
de topónimos, de reconstrucción de lenguaje,
también de deconstrucción, de nuevas acepciones.
El enfrentamiento de “1/4 de pollo” pasa
por la contradicción. Toda tu obra Lobsang
expuesta ahora, aquí es una contra – dicción,
un contra decir, pero no vas en contra de,
sino en contra decir, que no es lo mismo,
no es decir en contra sino en contra decir.
Tus imágenes atraen, quedan sonando en su
propia disonancia, repito quedan sonando
en su propia disonancia. Atrapas como te
atrapas tú mismo liberándote en el goce
sensual, con el que tocas cada centímetro
de tus formatos.
¡Conste! no digo telas!.
Cada milímetro está tratado para que el
ojo se recree en la sensorialidad de la
reconstrucción propuesta.
Y ahora das un paso más y nos hablas de
la postura mega pinceliana, de la postura
mega pixeliana - lo que va del pincel al
píxel dices - introduces la plástica análoga
al medio digital.
Otra vez el diseñador, el arquitecto, y
tu permanente vocación de fusionar el arte
y la tecnología para humanizarla.
Me dijiste: “me considero un usuario más
del computador”, si digo yo, pero un usurio
que ve y dice.
En tu obra la pincelada se vuelve electrónica
y una trama RGB se pincela. “La obra es
un acto visual” me dices, “¡no al sobre
discurso!”. Sí, pero me toca decir que en
tus acciones visuales te cuestionas conceptos
metafísicos tales como: la perpetuidad de
lo digital, hoy tus cerdos navegan por Internet.
Te cuestionas la unicidad del original,
y democratizas tu acto creador. Ahora todos
lo pueden tomar de la red digital e imprimirlo
desde tu sitio web y guardarlo en casa.
Y te preguntas por aquello que está entre,
el espacio especulativo de la pintura y
el espacio virtual de los media.
Y como hombre de diseño te preocupa el proceso,
el proceso es algo que ocurre en lo material,
llegando a arrojar sal y azúcar sobre el
escaner al digitalizar tus obras. Y reconoces
fases como en un proyecto: primero el dibujo,
luego la pintura, después la fotografía,
para desde allí abordar la maqueta digital.
Después vienen los retoques, la sal y el
azúcar en el escaner.
Todo ello da forma a la manifestación de
lo bello que hoy nos propone Lobsang Durney,
a sus propuestas plásticas y visuales sustentadas
en sus planteamientos estéticos, donde la
contradicción queda en nosotros, los lectores
de su obra, como una tarea a resolver, o
por lo menos a problematizar.